En una nueva audiencia celebrada en el Congreso de Estados
Unidos (09/09/25), el tema de los Fenómenos Anómalos No Identificados (UAP, por
sus siglas en inglés) volvió a colocarse en el centro del debate nacional. En
esta nueva audiencia, legisladores y testigos coincidieron en un mismo eje: las
amenazas a la seguridad nacional, los encubrimientos sistemáticos por parte del
Gobierno y las represalias sufridas por denunciantes que se atrevieron a sacar
la verdad a la luz.
La sesión, presidida por Anna Paulina Luna (republicana por
Florida), llevó por título: “Restauración de la confianza pública a través
de la transparencia de los UAP y la protección de los denunciantes”. Luna
abrió con un discurso enérgico:
“No se trata de ciencia ficción ni de especulación. Se trata
de seguridad nacional, de responsabilidad del Gobierno y del derecho del pueblo
estadounidense a la verdad”.
ACUSACIONES DE ENCUBRIMIENTO
Luna denunció que los canales oficiales creados para recibir
denuncias —como la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios
(AARO)— se han convertido en “cementerios de testimonios” y acusó al exdirector
Sean Kirkpatrick de “mentiroso documentado”. Aseguró que existen pruebas de
tecnologías que superan las capacidades actuales conocidas y criticó que
informes recientes han omitido datos clave de agencias como la Oficina de
Aduanas y Protección Fronteriza.
“El pueblo estadounidense no necesita que se le proteja como
a un niño. Lo que no puede tolerar es un gobierno que oculta la verdad y
castiga a quienes se atreven a hablar”, advirtió Luna.
EL PRIMER TESTIMONIO: EL “CUADRADO ROJO” DE VANDENBERG
El primer testigo, Jeffrey Nuccetelli, exoficial de policía
militar de la Fuerza Aérea, relató múltiples incidentes entre 2003 y 2005 en la
Base Aérea Vandenberg, sede del Proyecto Nacional de Defensa de Misiles.
El más impactante fue el denominado “Plaza Roja de
Vandenberg”: Contratistas de Boeing observaron un cuadrado rojo brillante
suspendido sobre instalaciones críticas. Esa misma noche, guardias reportaron
una enorme nave triangular, “más grande que un campo de fútbol”, que flotó
durante 45 segundos antes de dispararse a velocidad imposible. Otro evento
incluyó un objeto que descendió en la pista de la base y luego despegó con
aceleración inexplicable.
Nuccetelli aseguró que testigos fueron amenazados e
intimidados para que guardaran silencio. Él mismo relató haber visto, en 2005,
una esfera luminosa de unos 30 pies que descendió sobre su patio trasero antes
de elevarse y desaparecer entre las estrellas.
“Hoy la pregunta no es si estos eventos son reales, sino si
tenemos el valor de enfrentarlos”, afirmó.
ALEXANDRO WIGGINS: LOS “TIC-TAC” EMERGIDOS DEL OCÉANO
El jefe Alexandro Wiggins, especialista en operaciones de la
Marina de EE. UU., narró un episodio ocurrido el 15 de febrero de 2023 frente a
la costa sur de California, a bordo del USS Jackson: observó un objeto autoluminoso
en forma de “tic-tac” que emergió del océano y se unió a otros tres objetos
similares. Los cuatro desaparecieron de manera sincronizada y a altísima
velocidad, sin estampidos sónicos ni señales de propulsión. Los datos fueron
corroborados por sensores y grabaciones a bordo, algunas de las cuales ya han
sido divulgadas por periodistas: “Cuando las tripulaciones observan objetos que
desafían perfiles conocidos, eso es un problema de seguridad aérea y marítima.
Debemos poder reportar sin temor a represalias”, enfatizó Wiggins.
El marino pidió al Congreso que garantice canales
confidenciales para los denunciantes y que se desclasifiquen datos técnicos
cuando sea posible, como registros infrarrojos y parámetros de radar.
EL PERIODISTA GEORGE KNAPP: LAS ACUSACIONES MAS GRAVES
El periodista de investigación George Knapp, con más de tres
décadas cubriendo el fenómeno OVNI, aportó uno de los relatos más contundentes
y polémicos de la audiencia. Su intervención puso sobre la mesa nombres,
corporaciones y programas que, según él, forman parte de una red de
ocultamiento deliberado del tema UAP. Knapp recordó su primer gran caso en
1989, cuando entrevistó a Bob Lazar, quien afirmó haber trabajado en la
instalación S-4, cerca del Área 51. Lazar describió un programa secreto de ingeniería
inversa destinado a desarmar naves no humanas recuperadas tras estrellamientos
de OVNIs. Aunque en su momento fue ridiculizado, Knapp señaló que con los años
ha encontrado documentación oficial y múltiples testigos que refuerzan la
veracidad de esas afirmaciones: “A través de la Ley de Libertad de Información
(FOIA) hemos obtenido papeles militares e informes de inteligencia que
contradicen la versión oficial: el Gobierno sí sabe de estos objetos, los
estudia y los ha tratado como materiales tangibles, no como ilusiones”,
sostuvo. Knapp acusó directamente a contratistas privados, en particular a Lockheed
Martin, de haber retenido materiales provenientes de estos programas secretos.
Según su investigación, durante los años del programa AATIP, el empresario
aeroespacial Robert Bigelow y un colega de la Agencia de Inteligencia de
Defensa (DIA) se reunieron con altos ejecutivos de Lockheed para negociar la
entrega de fragmentos de origen desconocido, almacenados en una instalación de
California. “Ese material no fue fabricado aquí. Lockheed Martin lo mantuvo
oculto durante años, lejos del escrutinio del Congreso y del público”, denunció
Knapp.
El periodista también fue explícito al mencionar nombres propios
asociados al secretismo. Uno de ellos fue Glenn Gaffney, ex alto funcionario de
la CIA, a quien señaló como parte de la red de “guardianes” que han
clasificado, administrado y restringido el acceso a información sobre UAP y
posibles restos de naves no humanas. Knapp explicó que estos funcionarios
operan como intermediarios entre las agencias de inteligencia y los
contratistas militares, controlando qué se desclasifica y qué permanece oculto
bajo programas de acceso especial. Knapp completó su relato ante la audiencia comparando
estas prácticas con las de otras naciones. Recordó haber investigado en Rusia
durante los años 90, cuando el Ministerio de Defensa y la KGB recopilaron miles
de reportes de avistamientos para un programa de análisis secreto llamado Thread
3, cuyo objetivo declarado era aprovechar la tecnología de los ovnis para
desarrollar armamento superior.
Con este paralelismo, subrayó que Estados Unidos no solo ha
seguido el mismo camino, sino que ha permitido que corporaciones privadas
acumulen materiales y pruebas físicas fuera de la supervisión democrática.
“El pueblo ha sido engañado durante décadas. Se nos dijo que
no había nada de qué preocuparse, mientras que detrás de puertas cerradas se
guardaban naves, restos y tecnologías que superan todo lo conocido”, concluyó
Knapp.
DYLAN BORLAND: TRIANGULO VOLADOR
Uno de los testimonios más
impactantes fue el del exespecialista en inteligencia geoespacial de la Fuerza
Aérea, Dylan Borland, quien describió un encuentro ocurrido en 2012 en la Base
Aérea de Langley: a la 1:30 a.m. observó un triángulo equilátero de 30 metros
que despegó desde un hangar cercano a la NASA. La nave parecía “fluida”, con
una superficie negra metálica y destellos dorados como de plasma. Su teléfono
se sobrecalentó y se apagó al estar bajo la nave, que ascendió a gran velocidad
sin generar sonido ni desplazamiento de aire. Borland declaró además que tuvo acceso
directo a programas de recuperación de accidentes de UAP y que, tras revelar
información, sufrió represalias:
- Bloqueo
laboral en la comunidad de inteligencia.
- Intentos
de “phishing” para sonsacarle lo que había denunciado.
- Manipulación
de sus autorizaciones de seguridad.
“Cada día que estas verdades permanecen ocultas, nuestra
Constitución es traicionada. El futuro de la humanidad será viajar a las
estrellas o retroceder a la Edad de Piedra con esta tecnología”, sentenció.
JOE SPIELBERGER Y LAS FALLAS EN LA PROTECCIÓN A DENUNCIANTES
El asesor de políticas del Proyecto sobre Supervisión
Gubernamental (POGO), Joe Spielberger, destacó que los denunciantes son “la
primera línea de defensa contra la corrupción” y denunció que, en el ámbito de
la seguridad nacional, las protecciones son mínimas.
Señaló que los denunciantes de inteligencia y militares
enfrentan riesgos adicionales:
- Pérdida
de habilitaciones de seguridad.
- Ausencia
de organismos independientes que hagan cumplir las protecciones.
- Represalias
internas que los dejan sin salida laboral.
Spielberger propuso crear un mecanismo independiente para
denunciantes de seguridad nacional, permitirles acudir directamente a
tribunales y cerrar las lagunas legales que dejan expuestos a contratistas
federales.
“Si no protegemos a quienes se atreven a hablar, solo
perpetuaremos la corrupción y el secretismo. Esto es una cuestión crítica de
seguridad nacional”, advirtió.
CONGRESISTAS EXIGEN RESPUESTAS: “NOS ESTÁN MINTIENDO” Y “ES
UNA CUESTIÓN DE SEGURIDAD NACIONAL”
La ronda de preguntas entre congresistas y testigos se
convirtió en el punto álgido de la audiencia. Legisladores de ambos partidos
coincidieron en que el gobierno ha ocultado información crítica sobre los UAP y
que las represalias contra denunciantes deben terminar.
“NO SON CHIFLADOS, SON MILITARES SERIOS”
El representante Jared Moskowitz (Florida) subrayó que los
testigos no eran excéntricos inventando historias, sino profesionales con
impecables carreras en la Fuerza Aérea, la Marina y la inteligencia:
“Sería más conveniente para el gobierno si fueran chiflados
en un Winnebago con sombreros de aluminio. Pero no lo son: son militares con
impecables antecedentes. Eso importa para la narrativa y para el pueblo
estadounidense”.
Moskowitz afirmó con contundencia:
“Hoy es difícil saber qué es verdad y qué no. Pero sí sé
cuándo nos están mintiendo, y claramente nos están mintiendo”.
Preguntado sobre lo que había visto, el marino Alexandro
Wiggins respondió:
- Que
lo observado desafiaba todo lo que le habían enseñado.
- Que
no podía atribuirlo a programas de armas conocidos ni propios ni
extranjeros.
- Y
que, tras descartar posibilidades, solo quedaban dos opciones: tecnología
secreta gubernamental o algo “no de este mundo”.
El congresista Tim Burchett insistió:
“Entonces, o es un programa secreto de armas de nuestro
gobierno u otro gobierno, o no pertenece a ningún gobierno y no es de aquí.
¿Está de acuerdo?”.
—Wiggins: “Sí, señor. Estoy de acuerdo”.
El congresista Eric Burlison dijo que: “Miren, yo no salto
directamente a la conclusión de que creo que hay extraterrestres viniendo de
otro planeta… pero estoy abierto a esa posibilidad”,
El exoficial Jeffrey Nuccetelli confirmó que, tras los
incidentes en Vandenberg, un capitán de la Fuerza Aérea ordenó directamente a
los testigos callar o enfrentar problemas.
“No hubo investigación seria. La información se reportó hacia
arriba en la cadena de mando, pero luego se congeló”, explicó.
Añadió que, en sus experiencias, los objetos parecían incluso
“responder” a la atención humana:
“Alguien veía una luz, la observaba, y entonces el objeto
respondía, se acercaba, como si también tuviera curiosidad por nosotros”.
La congresista Nancy Mace (Carolina del Sur) abordó el tema
más delicado: las represalias contra denunciantes como Dylan Borland.
—Mace: “¿Le parecía que realmente investigaban lo que usted
denunciaba?”
—Borland: “No. Solo querían evaluar cuánto sabía”.
—Mace: “¿Sintió que intentaban proteger a alguien?”
—Borland: “Sí”.
—Mace: “¿Le hicieron sentir en algún momento que su vida corría peligro?”
—Borland: “Sí, señora”.
Borland reconoció que hoy teme ser acusado de espionaje, un
delito que puede implicar la pena de muerte, si revelara detalles sensibles
fuera de recintos clasificados.
“He perdido mi empleo, mi carrera ha sido destruida y sigo
desempleado”, denunció.
La representante Jasmine Crockett (Texas) comparó el
secretismo actual con episodios oscuros de la historia de EE. UU., como COINTELPRO
y los programas de tortura. Preguntó al experto Spielberger sobre el uso
abusivo de la “seguridad nacional” como excusa para ocultar información.
Spielberger recordó que incluso la Comisión del 11-S
identificó la sobreclasificación como un factor que contribuyó al fracaso en
prevenir los atentados.
“Las agencias deberían adoptar la divulgación por defecto, en
lugar de clasificar automáticamente. La transparencia es vital para evitar
errores y abusos”.
Crockett cerró con un mensaje al público:
“La falta de transparencia solo alimenta teorías de
conspiración. La única manera de que este gobierno funcione es que cada
empleado se sienta seguro al denunciar irregularidades”.
UN MOMENTO HISTÓRICO: EL CONGRESO EXIGE TRANSPARENCIA Y
PROTECCIÓN A DENUNCIANTES EN EL “CASO UAP”
La audiencia sobre los Fenómenos Anómalos No Identificados
(UAP) no solo ofreció testimonios inéditos: también marcó un punto de inflexión
en la forma en que el Congreso enfrenta un tema históricamente marginado.
EL CONSENSO: HAY OCULTAMIENTO
Los testimonios de militares, periodistas y analistas
coincidieron en un mismo patrón:
- Eventos
reales y múltiples testigos que describen objetos con maniobras imposibles
para la tecnología conocida.
- Represalias
directas contra quienes intentaron reportar.
- Encubrimiento
institucional mediante sobreclasificación y congelamiento de
investigaciones.
La presidenta del grupo de trabajo, Anna Paulina Luna, lo
sintetizó en su discurso inicial:
“Tanto si los UAP representan tecnología adversaria, un
fenómeno natural o algo más allá de la comprensión humana, el Congreso tiene la
responsabilidad de investigarlos. Lo que no puede tolerar el pueblo es un
Gobierno que oculta la verdad”.
EL FUTURO LEGISLATIVO: UAP DISCLOSURE ACT 2025
Durante la audiencia se discutió la importancia de la ley de
desclasificación conocida como UAP Disclosure Act of 2025, destinada a
garantizar la entrega de información clasificada en un plazo determinado.
El denunciante Dylan Borland fue tajante:
“La verdad debe conocerse. Yo reduciría la ventana de siete
años. El momento de actuar es ahora”.
En un Congreso a menudo marcado por la polarización en el
contexto general, la audiencia mostró un inusual consenso bipartidista.
Legisladores republicanos y demócratas coincidieron en que proteger a los
denunciantes y restaurar la transparencia es una cuestión de seguridad nacional
y de confianza en las instituciones.
“Debemos gobernar con transparencia. La falta de
transparencia solo alimenta teorías de conspiración”, dijo la demócrata Jasmine
Crockett.
“Sin protecciones, nadie más se atreverá a hablar”, agregó la
republicana Nancy Mace.
Los testigos advirtieron que ignorar los UAP podría derivar
en sorpresas estratégicas y pérdida de liderazgo tecnológico frente a naciones
rivales que ya investigan activamente.
El exoficial Nuccetelli lo expresó con palabras que resonaron
en la sala: “Que este sea el momento en que Estados Unidos elige el coraje
sobre el miedo, la transparencia sobre el secreto y el progreso sobre el
estancamiento”.
Como resumió el congresista Jared Moskowitz:
“No sé qué es verdad y qué no. Pero sí sé cuándo nos están mintiendo, y
claramente nos están mintiendo”.
JOSE ANTONIO CARAV@CA
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